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  1. 2012

    lunes, 31 de diciembre de 2012

    Sí, hace tiempo que no escribo, lo sé. Sin excusa. Mi vida este año ha cambiado bastante, y ello afecta a mi tiempo para la escritura.

    Empezando por enero, empecé con mal sabor de boca el año debido a la tensión de "amigos sólo" que tenía con mi actual novia. Pero tener mi propio piso y mis primeras anécdotas con mis compañeros en él, me reanimaron el ánimo.

    Febrero fue un mes muy negro. Los mandos así lo quisieron, y los exámenes así lo remataron.

    Marzo y abril los recuerdo con la cara de mi novia, empecé a salir con ella por esas fechas, y debido a la rutina diaria, su presencia es lo más novedoso de aquella época.

    Mayo fue un mes extraño. Creo que el mes más largo de toda mi vida, fue un mes gris, tuvo sus cosas buenas, sus cosas malas, y su ya agotadora rutina y la temperatura de la región derretían el tiempo hasta extremos sofocantes.

    En junio se empezaba a vislumbrar la luz al final del túnel, el ansiado verano, las ansiadas vacaciones (mi suspenso en química las acortarían, pero bueno) y la ansiada libertad, y las bromas, las sonrisas y las canciones alegres en el iPod empezaban a verse más en el día a día.

    Julio fue un mes lleno de luz. Hice varios viajes que me llenaron mucho, uno de ellos a inglaterra, a un espectáculo aéreo al que robé miles de fotos, y otro con mi pareja a un pueblo perdido de cantabria, de donde guardo numerosas anécdotas y buenos recuerdos.

    Agosto, a pesar de tener que volver para aprobar (gracias a dios) química, también fue un mes que disfruté mucho, aunque ya se veía el curso siguiente asomando por el horizonte.

    Septiembre fue la época más negra, sufrida e infernal que guardo en memoria. Desconozco la razón de aquello, y prefiero olvidar esa época.

    Octubre fue bastante mejor mes, fui al desfile de las Fuerzas Armadas en madrid, aunque una gastroenteritis de caballo me impidiera desfilar el día de la verdad. Vaya pedo que cogí esos días...

    Noviembre fue un mes largo como un día sin pan, por la rutina, aunque no guardo especial recuerdo de él.

    Y diciembre ha sido un mes muy ajetreado, muchas cosas variadas, muchos viajes, pelear con zombies el día 21, y tal...ahora tengo una cámara réflex con la que retratar el mundo, y me gusta. Me gusta mucho. Dado que no sé dibujar ni un monigote, y escribo de aquella manera, el arte me sale por ahí.

    2012 ha sido un año raro, de transición, hacia bien, espero. Me ha aportado felicidad, estabilidad, y también dureza emocional a base de palos, pero no lo voy a condenar, los cambios son necesarios, y muchas veces somos reacios a ellos, suponen sacrificios, y quizás por ello los vemos mal, pero cuando se ven recompensados, nunca nos acordamos de darle las gracias a aquél/aquello que te obligó a cambiar.

    Para 2013 no tengo ninguna meta en especial, quizás mejorar en todo un poco. Tengo todo lo que pudiera pedir, si lo miro bien. Una chica que me quiere, una "casa", un "sueldo", un modo de sacar a pasear el arte, y muchas anécdotas que contar. Sin pecar de goloso, me gustaría pedir más anécdotas aún, más tiempo para los que me quieren, que se lo tienen merecido, un poco de tranquilidad en los estudios, y a cambio me propongo ponerme más en serio con los estudios y el apartado físico.

    Eso es todo, lectores/as. Si me lo traen los reyes, tendré más tiempo para escribir, y lo invertiré en este blog, que quitar tanta telaraña me da alergia. ¡Feliz Año Nuevo!.