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  1. Ducha caliente

    viernes, 4 de noviembre de 2011

    Hoy, tras una noche muy bien aprovechada, me he quitado el uniforme y me he duchado, y mi mente, fusionandose con el ambiente, dejó fluir los pensamientos como el agua que recorrría mi cuerpo.

    Pensé en el capellán de la academia, que había expuesto su clase supuestamente laica de Ética basándose en Dios y destrozando a Nietzsche, y noté una mezcla de emociones y pensamientos contrarios. Sin darme cuenta, a medida que repasaba su lección, mis nudillos se iban tornando blancos y el mango de la ducha crujió de la presión. Jamás pensé que pudiera darme rabia el que fastidien o malinterpreten las ideas ajenas, era algo nuevo para mí.

    Dijo que N. defendía al superhombre, el hombre sin conciencia, que queria una humanidad sin valores, cuando justo es al revés. N. escribió su filosofia en una epoca de frialdad y ausencia de valores humanos, centrado en el desarrollo economico, y el superhombre no es mas que aquel capaz de romper con los viejos valores y crearse unos nuevos validos para todos, acordes con las capacidades y virtudes de la condicion humana, tales como la creatividad, la comunidad, el amor, etc.

    Y pensé : ¿tan desesperada está la religión como para romper sus propios principios de no mentir de búsqueda de verdad y demas?. Sentí lástima, pena y ganas de reír, nada más.

    Después, me puse a pensar en cómo saber si lo estás haciendo bien en la vida o no. No me valía la frase típica de : si tienes enemigos, es que has hecho algo bien. Tiene que ser algo más complejo, algo difícil de definir. Hice un recopilatorio de las cosas que te hacen sentir realizados, y quedó algo así:

    Sentirte independiente, capaz de valerte por ti mismo, tener la suficiente confianza para tomar decisiones, y afrontar las consecuencias de la mejor manera posible, vivir con alegría cada día, e intentar alegrar a los demás, ganarte el respeto de personas inteligentes, la amistad de personas de buen corazón, y la envidia de mala gente, el amor de una persona del sexo opuesto, la admiración de un niño y el orgullo de un padre.

    Con esas cosas, creo que me acerqué más a la idea general, pero bueno, tenía más cosas en la cabeza que eso, y ese pensamiento se diluyó como el gel de ducha bajo el chorro.

  2. 0 chuminadas:

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